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Weretilneck: marcha atrás con la planta nuclear

El gobernador Alberto Weretilneck dio marcha atrás con el proyecto de construcción en territorio de Río Negro de la quinta usina nuclear que se levantaría en la Argentina.
sábado 26 de agosto de 2017
Weretilneck: marcha atrás con la planta nuclear

El mandatario dijo que la declinación no tendrá consecuencias negativas para la provincia porque aún no se había firmado ningún contrato con el gobierno de la República Popular China.
También despegó esta decisión del magro resultado obtenido por el partido oficialista rionegrino en la últimas elecciones PASO y la cercanía con los comicios de octubre al destacar que la planta habría terminado de construirse en 2027. No obstante recordó que los candidatos que mejores resultados obtuvieron en las PASO se oponían a la construcción de la usina.
Según indicó la provincia ya informó a Nación que no aceptará la instalación en tierras rionegrinas debido al rechazo expresado por sus habitantes. En la comunicación enviada por Weretilneck al subsecretario de Energía Nuclear de la Nación, Julián Gadano, se transmite la posición indeclinable de Río Negro, de no autorizar la construcción.

La decisión fue confirmada por el propio gobernador Weretilneck a la población de Río Negro a través de sus redes sociales y las de la Secretaría de Medios de la provincia.
“Siempre dije que la central nuclear se iba a instalar siempre y cuando hubiera aceptación social. Evidentemente no la ha habido, y como me he caracterizado siempre de ser un gobernador democrático, que escucha a las grandes mayorías como también a las minorías y respeta las opiniones del pueblo y de la gente, he tomado esta decisión”, expresó el gobernador.
En la carta recordó que el acompañamiento provincial a la posibilidad de instalar esta planta en Río Negro se sustentaba en que el Gobierno evaluaba que tendría un "positivo impacto económico (...) a partir de la posibilidad de generar miles de puestos de trabajo, el desarrollo de un área provincial relegada; la diversificación de las economías regionales; la construcción de infraestructura".
Pero Weretilneck consideró que, no obstante esa interpretación, sabía "que una iniciativa de estas características iba a generar polémica de distinta índole y que debía obtener la necesaria licencia social de la comunidad para poder continuar”.
En ese sentido dijo haber evaluado que los actores sociales expresaron sus temores por el funcionamiento y por el legado a las próximas generaciones. "Ni siquiera sectores como el comercio y el empresariado, a priori grandes beneficiarios de un emprendimiento de esta envergadura, expresaron su apoyo a esta iniciativa, y fueron pocos los sectores gremiales que involucran a los trabajadores que plantearon una posición favorable”, dijo.
Weretilneck dijo, además, que la decisión que tomó "no pone en discusión los aspectos técnicos, de seguridad industrial, control y funcionamiento de este tipo de emprendimientos, ya sean relacionados al medio ambiente o calidad de vida, sino que indefectiblemente está teniendo en cuenta la percepción de una sociedad sobre los riesgos que representa una determinada industria , y si está dispuesta a asumirlos o no. En definitiva, el proyecto careció de licencia social".

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